Suelta del perro

La noche del 28 de septiembre tiene lugar en Valsequillo (Gran Canaria) la fiesta llamada La Suelta del Perro Maldito, una curiosa y tétrica celebración que da inicio a las fiestas patronales de San Miguel Arcángel.

La tradición comienza el 28 de septiembre a las 24:00 horas, cuando apagan todas las luces del pueblo, quedando a oscuras, para representar que el perro se ha soltado de las cadenas, y que el mal está invadiendo las calles de Valsequillo.

A media noche, todas las luces del pueblo se apagan y comienza a escucharse por diversos megáfonos una advertencia con el sonido de una sirena de fondo: “No se muevan, no corran, no pueden huir, ésto no es un simulacro, el Perro Maldito se acerca”... Se repite en varias ocasiones, hasta que desde el fondo de la calle, comienzan a llevar zancudos disfrazados que molestan al público, realizan teatro de calle y expulsan fuego por la boca. Y por supuesto, llega el Perro Maldito con un gran espectáculo.

Así comienza, el espectáculo que muestra la lucha entre el bien y el mal. Dispone de música, pirotecnia, acrobacias, zancudos y saltarines. También están quienes personifican a las brujas y demonios que recorren las calles asustando a los espectadores.

A las doce, habrán fuegos artificiales que durarán aproximadamente 10 minutos.

Origen:

Tiene su origen en el año 1803, cuando el escultor Luján Pérez esculpió una figura de San Miguel Arcángel, y a sus pies hay un perro, en lugar de un dragón.

A raíz de ello, la población de Valsequillo afirmaba que la noche de San Miguel, el mismo diablo se transformaba en perro y se soltaba de las cadenas, dando inicio a la lucha entre el bien y el mal.

Mientras los hombres salían a las calles a la búsqueda y captura de las brujas y demonios, las mujeres y niños se mantenían en las casas rezando, para que finalizara pronto la noche de desgracias.

Este espectáculo se prepara con varios meses de antelación, los participantes no son profesionales del mundo del teatro, son jóvenes y vecinos del municipio.

Recordar la frase que las mujeres y los niños entonan esa noche: no te arrimes a los barrancos porque el diablo está suelto.