Porque la mirada también habla, mira que si habla.... de echo solo dice verdades, la mirada no miente, no puede, está condenada a la sinceridad eterna.
Por eso cuando me asomo a sus ojos puedo ver mis miedos. Esos ojos brillantes, temblorosos, tratando de contarme su historia, unos ojos que me pasarías la vida mirando...